50 años de fe rockera
Vox Dei estuvo en Neuquén en el marco de la gira por los 50 años de La Biblia y renovamos la fe en la música y los afectos.
Desde que supimos que venía Willy Quiroga, con la nueva formación de Vox Dei sabíamos que teníamos que ir y eso hicimos.
Compramos algunas entradas y otras nos llegaron por azar, suerte o lo que quieras. Pero nos permitieron entramar invitaciones con mucho cariño.
Willy con la gorra negra y las canas más rockeras que vi, tocó sentado, con un bajo que le regaló un luthier de Bahía Blanca. Nos lo contó para que “vea que lo uso”. Y desde ahí también nos invitó a cantar ”Hay que dejar salir el alma por la boca”, sostuvo.
También contó la historia de cuando fueron a tocar a un secundario y luego en una nota publicaron sobre “el engendro” que estaban produciendo. Se trataba de los primeros arreglos de “La Biblia”, este disco doble que viene celebrando sus 50 años y grabaron con una veintena de músicos.
Cerca del sector izquierdo, donde estábamos nosotras, había una pareja que no paró de agitar todo el show. Y si, que se pensaban que íbamos a estar todo el rato en las sillas tan campantes. No. Ella era de Quilmes, como la banda y lo repitió varias veces. El estaba muy agradecido, y se ve que era músico, porque además para continuar con la temática religiosa realizó algunas ofrendas. Primero hizo intercambio de púas con el guitarrista Carlos Gardellini, que forma parte de la banda desde 1992, y después le dejó a Quiroga, una pulsera.
Dos filas más adelante nuestro había un hombre que se la pasó haciendo videollamada, no era molesto, era conmovedor. Eran esas ganas de compartir amor musical. ¿Quién sería el pelado de la pantalla? ¿Su hermano? Yo lo vi y le interrumpí el llanto a mi amiga, un imperdible detalle.
Esa videollamada fue una presencia a medias, pero hubo grandes ausencias tanto en escena como en el público. Willy recordó a Ruben, Ruben Basualto, miembro fundador de la agrupación que partió en 2010. Nosotras recordamos a los papás que dejaron un legado rockero.
Quiroga le dedicó “tan solo un hombre” a las “damas” y agradeció a la nueva formación, además de Gardellini, había un segundo guitarrista, Maxi Ruffo, Simón Quiroga (hijo de Willy) en Batería, Marco Pusineri en percusión, y Alejandro Arias en los sintetizadores. Además estaba Anibal, que con un look similar al de Willy se cantó todo tras bambalinas y después nos sacó fotos.
Si gente! todavía creían que íbamos a perder la oportunidad. Jamás. Tuvimos que esperar bastante, ya había algunos Jeremias en la fila que pretendían prioridad. Pero nos llevamos hasta ese souvenir, y un recuerdo grabado a fuego.
Antes de despedirse este profeta del rock le dijo a su pueblo que no conocía “palabra más grande que gracias” y nos dejó en claro que el momento más importante es “el presente”.
Fuente: Foto: Chipi Varela